Laboratorio de la Miel por Abejedario
Miel Nahuatl
Miel Nahuatl
Miel Náhuatl
Hay mieles que saben bien…
y Náhuatl, que sabe a montaña, niebla y memoria viva.
Esta miel nace en el bosque mesófilo de montaña en la Sierra Norte de Puebla, ese lugar donde las nubes chocan con las montañas y se quedan un rato, como si abrazaran el paisaje.
Es un territorio húmedo, fresco, lleno de musgos, helechos y flores que solo existen cuando la montaña respira.
Ahí trabajan nuestras abejas.
Y ahí trabajan también nuestros guardianes del apiario, quienes son de origen náhuatl.
¿Por qué se llama “Náhuatl”?
Porque esta miel quiere recordarnos algo que pasa todos los días sin que lo notemos:
si alguien nos habla en francés o en italiano, aunque no lo entendamos, reconocemos claramente que es ese idioma.
Pero si alguien nos habla en náhuatl, totonaco, mazahua o mazateco, la mayoría no sabría identificar de dónde viene.
Estamos tan lejos y tan cerca de nuestras propias raíces al mismo tiempo.
Por eso esta miel lleva ese nombre:
para hacer visible una lengua que todavía vive, se escucha, se enseña y se trabaja entre montañas, flores y colmenas.
El sabor es fresco, cítrico y limpio, como la sensación de entrar a un bosque donde las nubes tocan el piso.
Tiene un perfil aromático que viene directo de ese ecosistema húmedo, donde cada planta depende de ese choque constante entre clima y altura.
¿Qué la hace única?
– Nace en uno de los ecosistemas más raros y frágiles de México.
– Es cuidada por manos que conservan una lengua y un territorio.
– Su frescura viene del bosque mesófilo: niebla, montaña y biodiversidad real.
– Más que miel: es un recordatorio de que nuestras raíces existen… aunque no siempre sepamos escucharlas.
Miel Náhuatl:
fresca, viva y con historia.
Una miel que te acerca a lo que siempre estuvo aquí.
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