Laboratorio de la Miel por Abejedario
Miel Luciérnagas
Miel Luciérnagas
Miel Luciérnaga
Hay mieles que solo endulzan…
y Luciérnaga, que enciende.
Si el azúcar procesada te deja en modo apagado, esta miel hace lo contrario:
energía estable, cero bajones y un sabor ligero que prende como chispa.
Nace en los bosques de la Sierra Norte de Tlaxcala, en Alzayanca, un territorio vivo donde el ecosistema todavía respira profundo: suelos frescos, árboles húmedos, flores de temporada y abejas trabajando en sincronía con la naturaleza.
¿Por qué se llama Luciérnaga?
Porque en ese apiario, cuando cae el verano, pasa algo que parece irreal:
al atardecer, cientos de luciérnagas comienzan a encenderse y alumbran el firmamento sobre las colmenas.
Es un espectáculo que solo existe cuando un ecosistema está sano.
Si hay luciérnagas, hay bosque.
Si hay bosque, hay flores.
Si hay flores, hay abejas.
Y si hay abejas… hay miel.
Esa es la cadena completa detrás de cada frasco.
Su sabor es fresco, floral y ligero, inspirado por ese mismo paisaje nocturno que brilla sin pedir permiso.
Y a diferencia del azúcar, que viene de procesos industriales, esta miel viene de un ecosistema real, donde cada organismo —incluidas las luciérnagas— tiene un papel.
¿Qué la hace distinta?
– Endulza sin los crashes del azúcar.
– Viene de un bosque que aún conserva su magia.
– Tiene antioxidantes naturales.
– Sabe a territorio vivo.
Miel Luciérnaga:
dulce, viva y luminosa.
Una miel que te recuerda que, cuando la naturaleza está en balance, la noche también brilla.
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